Hoy se cumplen 20 años de la muerte de Alexander Comfort, un médico inglés que impactó al mundo con su libro “The Joy of Sex” [1] de 1972. Comfort era un prodigioso escritor. Cuando tan solo tenía 22 años, sus poemas [2] eran leídos en la radio de la BBC por Eric Arthur Blair, más conocido como George Orwell, el famoso escritor de la novela futurista “1984”. En ese momento se encontraba cursando la carrera de medicina, la cual concluiría dos años después. Continua sus estudios y se especializa en gerontología, obtiene un diploma en salud infantil y se convierte en profesor de Psiquiatría. Era pacifista y tras la Segunda Guerra Mundial se vuelve anarquista. Criticó a los intelectuales de su país por no denunciar al Gobierno, diciendo que ellos habían «sacrificado su propia actitud responsable hacia la humanidad» [3]. También fue un duro crítico de la Iglesia Católica y de los médicos, abogados y políticos que perpetuaban ideas puritanas.
Dentro de sus obras sexológicas la principal es “El Placer del Sexo” (1972). El libro se convirtió en un éxito de ventas y lo hizo acreedor del título Dr. Sex. El año siguiente publicó “More Joy of Sex”. Otros títulos importantes son “Barbarie y Libertad Sexual” (1948), “Sexo en la Sociedad” (1963), “Los médicos fabricantes de angustia” (1967), y otros.
El legado de Comfort tras 20 años
El Placer del Sexo fue un libro muy representativo de su tiempo. Tan solo unas décadas atrás Kinsey había roto el tabú sexual como ningún otro con la publicación de “La Conducta Sexual del Hombre” (1948), y los resultados de la investigación de Masters & Johnson en “La Respuesta Sexual Humana” (1966), dieron nacimiento a la Sexología Moderna. También fue el tiempo de la cultura hippie y su lema “hagamos el amor, no la guerra”. Estos acontecimientos a pesar de haber ocurrido en los Estados Unidos, no fueron ajenos a la cultura inglesa y sin duda alguna marcaron mucho a Comfort. En Inglaterra encontramos a Havelock Ellis, sexólogo y autor de los 7 volúmenes de “Estudios de Psicología Sexual” (1897-1928) y al cantautor John Lennon, quien a pesar de no dedicarse a lo académico, por el hecho de ser una de las figuras icónicas del movimiento hippie y de la liberación sexual, tuvo mucha influencia en su tierra. Junto a esto podemos citar que en 1967 se aprobó el aborto en todos los países del Reino Unido. Todos estos hitos marcaron una época y El Placer del Sexo vino a ser el siguiente gran paso.
Pero entonces, ¿cuál fue el legado de Comfort? Consideramos que el gran legado Comfort fue traducir una serie de conocimientos científicos a un lenguaje sencillo y de una forma hermosa. Tras la publicación del Placer del Sexo, surgieron cientos de autores imitándolo, cada uno introduciendo sus propios datos y con su propio estilo. Lastimosamente, aunque han salido varios libros útiles y educativos para la población en general, muchas editoriales se han enfocado más en la rentabilidad que en la calidad de la información [4].
Gran parte de la forma en como los sexólogos nos comunicamos se lo debemos a Comfort, o al menos, así lo consideramos desde el Instituto Sexológico Prósopon. Hay dos metáforas que Comfort utiliza en su obra, una es la de un instrumento musical y la otra es la de la comida gourmet. Sobre la primera menciona: «[…] existen dos modos sexuales –el dueto y él solo–, y un buen concierto alterna los dos. El dueto es el esfuerzo cooperativo dirigido a lograr un orgasmo simultáneo, o por lo menos un orgasmo para cada uno, y un alivio completo. [/]. El solo, en cambio, consiste en que uno es el intérprete, y el otro, el instrumento. El objetivo del intérprete es producir en la experiencia placentera del otro resultados tan extensos, inesperados y desenfrenados como le permitan sus habilidades» [5].
Hoy los mejores sexólogos siguen una línea de comunicación como la de Comfort: exaltan la virtud de la sexualidad. La sexualidad es un espacio festivo, de gozo, en donde podemos expresarnos, amar al otro y amarnos. Los que sólo saben vender la Sexología desde el morbo o desde lo controversial, no han entendido nada. Son como una especie de pornógrafos que creen que somos unos genitales con patas y se creen muy científicos porque no tienen prejuicios. ¡Bah!, pero gente así siempre ha existido, pero que sepan tomar eso, lo combinen con datos científicos fiables y sepan exponerlo como un bien, bueno, eso es un sexólogo. Es por ello que ocupamos una línea más humanizada de la sexología, una que no niegue a la persona y redescubra en la sexualidad, un valor que nos haga ser más persona.
Sobre la otra metáfora, la de la comida gourmet, Comfort la utiliza a lo largo de todo el libro. Él divide las diferentes conductas, expresiones, vivencia, o aspectos de las relaciones sexuales en ingredientes, entradas, platos principales, salsas y condimentos. ¿Qué es lo que está diciendo? Que nosotros somos el chef y que tenemos que armar la receta. El libro le enseño a sus lectores que podían probar algo y si no les gustaba, simplemente lo dejaban de hacer. El Placer del Sexo no es como las revistas basura de hoy en día que te garantizan una relación sexual perfecta si sigues “5 sencillos pasos”.
Finalmente, hay un último punto que deseamos desarrollar y es la deuda que tenemos con Comfort. El título original de su obra es The Joy of Sex, y joy no equivale a placer. La palabra joy significa “alegría”, “disfrute”, “gozo”. Traducir este título por El Placer del Sexo es castrar la genialidad de Comfort. Pocos libros reflejan tan claramente su contenido como The Joy of Sex. Verdaderamente en el mundo de habla hispana tenemos una deuda con Alex Comfort [6]. Parece como si hoy en día, tras 20 años de su muerte, aun seguimos creyendo que simplemente se trata de un libro más que habla superficialmente de lo que se puede hacer en la cama. Pensar así es no entender el legado de este gran autor.
Veinte frases de Comfort
En memoria de los 20 años del fallecimiento de Comfort, compartimos 20 frases de él:
«Poca gente quiere estar en la cama con una persona que no sea básicamente tierna […]» [7].
«[La vagina] es tan mágica como el pene […]» [8].
«Los pechos son el segundo objetivo natural, pero a menudo el primero que alcanzamos» [9].
«Recorred de forma sistemática cada centímetro de vuestra pareja con caricias largas, lentas y amplias, con la lengua» [10].
«Las discusiones ocasionales, que todos los amantes experimentan, no tendrían nada que ver con el sexo si a algunas parejas no les excitará directamente, a menudo sin saberlo. […]. Pero seamos claros. Ni él ni ella deberían tolerar la violencia real, ni nada que no cese cuando tú digas que pare […]» [11].
«En la primera sesión con una pareja muy deseada, el cincuenta por ciento de los hombres eyaculan demasiado rápido o no pueden tener una erección» [12].
«Los seres humanos no son solo una colección de genes, ni un impulso biológico. Podemos sentir, comprometernos, amar» [13].
«El placer del sexo es, en pocas palabras, el primer libro sexualmente explícito qué ha podido ponerse sobre la mesita del té» [14].
«Lo mejor del sexo moderno es su faceta no reproductiva» [15].
«El estudio científico del lenguaje y de la comunicación corporal entre los animales es una parte de la etología humana, puesto que ninguna comunicación entre animales es verbal. La mayor parte de los animales hacen gestos de autoestimación que llamamos de “dominación” y “sumisión”. Cuando un mandril macho vuelve las nalgas hacia otro macho y adopta la postura coital de la hembra no está expresando homosexualidad, sino “sumisión”» [16].
«Las personas que se bañan juntas se comportan como si hubiesen compartido un cálido útero» [17].
«Ciertas ideas masculinas parecen exigir que la mujer esté esperando a la puerta de la alcoba cuando el hombre vuelve del trabajo, con la boca abierta, el anticonceptivo colocado y dispuesta hacer el amor antes de irse corriendo a preparar la cena, mientras él descansa» [18].
«La angustia de inseguridad relacionada con el aspecto físico es la que más desordena la vida sexual […]» [19].
«Sexualmente hablando, el sexo débil es el hombre» [20].
«A la mente humana le encantaría que todo experto, y sobre todo el médico, sea un sacerdote –un exorcizador de hechizos y un especialista en impartir autorizaciones y dictar vetos–, y los buenos médicos gastan muchas energías y materia gris mientras se esfuerza por adquirir la perspicacia necesaria para no seguir inconscientemente ese rumbo» [21].
«El movimiento moralista se extendió más allá de Inglaterra […], pero en Inglaterra tuvo características peculiares. Ningún otro país equiparó tan sólidamente al médico con el abogado y el párroco, convirtiéndolos a los tres en los pilares del asesoramiento sobre los que descansaba el frente público contra el cambio, ya fuera este político, sexual, moral o social» [22].
«Como hemos visto, no todos los fabricantes de angustia son moralistas» [23].
«En muchos casos, ya sea por una predisposición hereditaria, malas compañías u otras influencias perniciosas, los sentimientos sexuales se desarrollan a una edad muy temprana, y dicha excitación anormal siempre está acompañada por consecuencias nocivas, que a menudo son las más deplorables» [24].
«El hecho de haber convertido el sexo en un ‘problema’ es el mayor logro negativo de la cristiandad» [25].
«La buena vida, como ha dicho Bertrand Russell, está inspirada en el amor y dirigida por la inteligencia. No hay campo en el que esto sea más cierto que en nuestras relaciones sexuales» [26].
Autor: Mariano O. Murillo Cedeño
marianomurilloc@gmail.com
[1] El título completo en inglés es: The Joy of Sex: A gourmet guide to lovemaking.
[2] Mediante el libro “Three New Poets” (1942), que recopilaba poemas de Alex Comfort, Ian Serraillier y Roy McFadden.
[3] Citado por Laursen: “The young anarchist and future joy of sex author who sparred with George Orwell over World War II”, en: https://es.scribd.com/article/381511366/The-Young-Anarchist-And-Future-Joy-Of-Sex-Author-Who-Sparred-With-George-Orwell-Over-World-War-Ii
[4] En el 2008 se lanzó una actualización del libro de Comfort a cargo de la sexóloga Sussan Quilliam.
[5] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 26.
[6] Una edición de la Editorial Grijalbo ha publicado el libro en español que mantiene su título en inglés.
[7] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 32.
[8] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 48.
[9] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 50.
[10] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 120.
[11] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 126.
[12] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 185.
[13] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 274. Esta frase se encuentra en el último de los temas del libro que es sobre el placer.
[14] Comfort: El placer de Amar, 6.
[15] Comfort: El placer de Amar, 12.
[16] Comfort: El placer de Amar, 50.
[17] Comfort: El placer de Amar, 54.
[18] Comfort: El placer de Amar, 109.
[19] Comfort: El placer de Amar, 130.
[20] Comfort: El placer de Amar, 141.
[21] Comfort: Los médicos fabricantes de angustia, 14.
[22] Comfort: Los médicos fabricantes de angustia, 21.
[23] Comfort: Los médicos fabricantes de angustia, 154.
[24] Comfort: Los médicos fabricantes de angustia, 53. Habla del prepúber, es decir, del niño.
[25] Comfort: Sex in Society, 54.
[26] Comfort: Sex in Society, 169. Estas son las dos últimas líneas del libro.
A continuación, presentamos una serie de principios para comprender un fenómeno tan complejo como lo es la masculinidad. Los principios se agrupan en 4 categorías, pero no son ajenos los unos a los otros ni pueden entenderse cabalmente de forma aislada. No pretenden ser exhaustivos, sino unas simples orientaciones para comprender la masculinidad desde diversas fuentes como lo es la Antropología, la Filosofía y la Sexología [1].
Sobre la condición masculina:
1. La masculinidad es un modo de ser persona.
2. La masculinidad es un bien.
3. El machismo es la deformación de la masculinidad. El machismo no es esencial al varón y merece su total repudio. Mantener la idea de que el hombre es un macho rudo que nada le hace daña y domina sobre todos es un anacronismo que a nivel teórico ha sido erradicado de las estructuras jurídicas de Occidente. Sin embargo, en la práctica queda mucho por hacer.
Sobre la conducta:
4. Todo varón es responsable de su conducta.
5. El dominio y el poder masculino se reflejan en su capacidad de trabajar y construir, no en la opresión y la violencia. El varón está llamado a crear, no a destruir.
6. No hay comportamientos exclusivos de varones o de mujeres. Los estereotipos son una ficción elaborada por las sociedades. Sin embargo, eso no niega la realidad de que hay intereses más generalizados en uno y otro sexo.
Sobre el impulso sexual:
7. La atracción física o la excitación sexual son elementos naturales de la sexualidad humana. Si esta atracción conduce al acoso o a la violencia, no se considera propio de la naturaleza del estímulo, sino machismo.
8. La violencia del abusador sexual tiene su origen en la incapacidad del varón de tener dominio sobre sí, en conflictos no resueltos de índole psicológico, en un mal patológico, en una crianza deficiente u otra condición. El hombre no nace siendo violento.
9. La forma de vestir de la mujer no es la causante del abuso sexual masculino.
Sobre la relación entre hombres y mujeres:
10. El diálogo entre varones y mujeres es la base fundamental para el progreso de la humanidad. La empatía es una capacidad que puede ser altamente beneficiosa, pero es ilusorio que el hombre pretenda un empate absoluto con la psique femenina. Es frontera infranqueable conlleva al diálogo como única vía válida para la mutua comprensión.
11. Los varones no son superiores a las mujeres. Las diferencias físicas, biológicas y psicológicas entre los sexos manifiestan su complementariedad y no la existencia de jerarquías. La lucha entre los sexos es contraproducente e impide el progreso de la humanidad.
12. El varón debe ser consciente de que en el pasado la mujer era considerada como un ser inferior y analizar si su conducta mantiene sesgos de antaño.
13. Los varones tienen limitaciones y potencialidades que no están presentes en la misma medida en las mujeres. Es imperioso que el varón sepa recibir el apoyo que necesita de las mujeres para cubrir sus limitaciones, así como dar ayuda con sus capacidades a las mujeres.
14. El machismo es violencia contra la mujer y contra el varón.
Autor: Mariano O. Murillo Cedeño
marianomurilloc@gmail.com
[1] En el 2015 durante una capacitación de varios días con el Equipo de Masculinidades Género-Sensibles del Ministerio de Educación Pública (MEP) de Costa Rica, redacté estos principios como una forma de sintetizar algunas ideas desarrolladas en la capacitación. El último día de la capacitación los leímos como un aporte. Hoy presento esos principios con algunos cambios y otros nuevos.
La personalidad del pene es un tema fascinante [1]. Dos grandes sexólogos se han referido al pene como dotado de una personalidad propia. El primero de ellos es el médico Mauro Fernández Sandí, quien nos ha dicho lo siguiente: «La característica estelar del pene reside en su autonomía, en el sentido de que la erección no se da como un acto voluntario sino como un acto reflejo. Por decirlo así, el pene se manda solo, y se para cuando quiere y con quien quiere, aunque el varón desee lo contrario» [2]. Sus palabras evidencian que él se basa a la vez de otro gran sexólogo, el también médico Alexander Comfort, quien en su famoso libro, “The Joy of Sex”, escribió: «[…] aunque a menudo se describa de forma muy expresiva como una “herramienta”, el pene posee una mayor importancia simbólica que ningún otro órgano humano, como señal de dominio y, por el hecho de tener voluntad propia, de “personalidad”. Los amantes lo perciben y tratan como algo muy parecido a un tercer personaje. En un momento es un arma o una amenaza, y en otro, algo que comparten, como un niño. En cualquier caso, su textura, erectilidad, etc., son fascinantes para ambos sexos, y su aparente autonomía, un poco alarmante» [3].
En resumen, el pene tiene una especie de voluntad propia y el varón parece ejercer poco dominio sobre el mismo. La erección puede ocurrir en la situación más cotidiana o en el momento más inoportuno, ya sea mientras se almuerza o se está trabajando, no importa si se está haciendo fila en el banco o incluso cuando hace deporte. Sea cuando sea, guste o no, el pene decide cuando tener una erección, sin necesidad de un pensamiento o estímulo sexual.
También el pene puede decidir no crecer ni endurecerse en un acto sexual. Es un momento incómodo para el varón inexperto, quien cree, sea por miedo o por ignorancia, que tiene un problema físico, una enfermedad, o falta de hombría. El hombre joven se alarma al ver que está excitado y no puede tener una erección, lo haya incomprensible, pero en realidad, lo que sucede es que la personalidad del pene se ha hecho presente.
¿Cómo evoluciona la personalidad del pene a lo largo de los años?
Desde pequeños, el pene se percibe para el niño como un juguete. Lo toma, lo mueve, lo observa con detenimiento. No es como otra parte de su cuerpo, está escondido a la vista de los demás y se está frente a frente con él durante pocos instantes al día.
Cuando llega la pubertad se manifiesta plenamente la autonomía del pene. Son muchos los varones que su primera erección y eyaculación los tomó por sorpresa. Algunos habrán gozado de una explicación previa, otros, en cambio, se asustan o asombran ante los cambios físicos que se dan. Y de repente, un día tienen vello púbico, se despiertan con semen en su ropa interior, hay que fingir amarrarse los zapatos o negarse hasta la muerte ponerse de pie en el aula, porque su pene los ha dominado. Durante esta etapa y el resto de la adolescencia, el pene y los testículos crecerán y se robustecerán, y el pene delgado del niño será cosa del pasado.
En la adultez las erecciones dejan de ser una novedad para el hombre. Este piensa erradamente que ahora es él quien tiene el control, pero no. El sexo y la vida no serán como se le dijo. El varón adulto descubre que por muy duro que penetre a la mujer, esto no causa los gritos y los orgasmos que aparecen en la pornografía. El tamaño de su pene resulta irrelevante para la mayoría de las mujeres y por mucho que le cueste entender, prefieren un tamaño promedio que uno muy grande que las pueda lastimar. Algunos experimentarán que el pene se puede enfermar como cualquier parte del cuerpo, que existen enfermedades de transmisión sexual, la eyaculación precoz, problemas urinarios y otras afecciones. Y así, después de tanto tiempo, el varón comprende que no todo gira alrededor de su pene, dejará que este sea quien es, y si es lo suficientemente hombre y valiente, renunciará a esta falsa virilidad para descubrir el potencial de su boca, lengua, dedos, abrazos, la creatividad y el cariño.
Finalmente, en la vejez el pene sigue siendo quien es. En la mayoría de los casos se erecta sin mayor dificultad, dando a entender que toda esa preocupación por la pérdida de su potencia era innecesaria y más bulliciosa de lo que ameritaba. Aun así, a algunos el pene les pedirá la famosa pastillita azul y el varón experimentará esto como otro distanciamiento de su pene. El pene se vuelve un extraño, un rebelde, el amigo que le dio la espalda, un ser que habita en otro universo. Nuevamente, sólo el varón valiente se sobrepondrá a esta situación, consumirá su medicamente de necesitarlo y se adaptará a las nuevas circunstancias.
Al final de todo, el pene tiene la última palabra. Es él quien pone las reglas, los hombres deben limitarse a descubrirlas y aplicarlas.
Autor: Mariano O. Murillo Cedeño
marianomurilloc@gmail.com
[1] Una versión previa a este artículo fue publicada en el 2015 en La Prensa Libre y el Diario La Extra, ambos periódicos de Costa Rica.
[2] Fernández & Soto: Manual de Almohada Clásico, 44.
[3] Comfort & Quilliam: El Placer del Sexo, 56.