A lo largo de los siglos se ha hablado mucho sobre qué significa el amor. La temática no es tarea sencilla y la Sexología no puede eludir su responsabilidad. Para hacer un primer acercamiento al enigmático concepto del amor, proponemos una estrategia inspirados en unas declaraciones de Masters & Johnson, los sexólogos más renombrados de la historia. Ellos en una entrevista explicaron por qué en las estadísticas de sus tratamientos para las disfunciones sexuales calcularon el número de fallos en vez del de éxitos. Las palabras de Masters fueron:
«El motivo de haber procedido así es fácil de entender. Si comenzásemos hablando de éxito, especialmente refiriéndonos a una cosa que tiene que ver con la conducta de un individuo, tendríamos que definir el éxito. ¿Qué es el éxito? Dejando aparte lo que digan los libros, cada científico tiene su propio criterio al respecto. Pero si hablamos de fracasos, casi todo el mundo sabe a qué nos referimos» [1].
Regresando a nuestro tema discusión, proponemos en este breve escrito ser un poco más humildes y concentrarnos fundamentalmente en qué no es el amor. El ejercicio puede parecer oportunista, pero si hay algo claro es que hoy en día se está llamando “amor” a algo que no lo es.
El amor no es egoísmo
El movimiento natural del amor es desde lo interior a lo exterior, es decir, desde el yo al tu. El amor no es concebible sin generosidad. El que no comparte, el que no se esfuerza por el otro, el que no da y solo exige, ese no ama. Desde una sexología personalista no es comprensible una sexualidad que no nos ayude a ser mejores personas, y por tal motivo el egoísmo no es amor.
El amor no es odio
El odio es lo opuesto al amor no porque se invierta su flujo natural del yo al tú, sino por su intención maliciosa. El que golpea, insulta o amenaza, no ama. Es increíble como hoy en día por muy evidente que sea, miles de miles de personas permanecen al lado de un agresor bajo la esperanza de que todo va a cambiar mañana. En otras ocasiones, el daño u odio no proviene de la pareja, sino de sí mismo. Las heridas del pasado pueden llevarnos al autocastigo, nos violentamos buscando relaciones tóxicas, pasajeras y hasta relaciones sexuales groseras y sin cariño. Para muchos esto es un punto ciego y desconocemos como saboteamos nuestra propia sexualidad para que no sea el espacio de gozo y paz que está llamada a ser.
El amor no es indiferencia
La indiferencia es una de las facetas humanas más opuesta al amor. Mientras el egoísmo y el odio lo que hacen es invertir el sentido del amor, en la indiferencia no hay ni vinculación (egoísta) ni intención (dolosa). La indiferencia es nada, es una sentencia que difícilmente puede ser revertida. Y es que la indiferencia es más grave que la ignorancia, porque ésta potencialmente puede descubrir el valor del otro, pero la indiferencia llega muchas veces tras la experiencia del otro. La indiferencia equivale a decir «ya no me importas».
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El egoísmo, el odio y la indiferencia son las tres formas más opuestas a lo que llamamos amor. Quizás este concepto sea demasiado grande para ser comprendido, pero al menos podemos estar seguros de que si entramos en las tres zonas antes descritas, estaremos lejos de descubrir siquiera algo de esta tan noble realidad.
Autor: Mariano O. Murillo Cedeño
marianomurilloc@gmail.com
[1] Belliveau & Richter: La inadaptación sexual según Masters y Johnson, 312.
Excelente artículo. Profundo y humanizante.
Gracias, Mariano.
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Excelente sencillez, para explicar asuntos tan profundos.
Es de suma importancia comprender las palabras acá escritas. Pues al final, el amor es la base fundamental de la existencia; y saber qué no es amor, es entender qué cosas no deberían jamás ser parte del vivir.
Gracias al autor por iluminarnos con tan profunda sencillez.
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HOLA excelente
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